viernes, 10 de julio de 2009

VINILES...


Siempre que camino, observo. Siempre curiosa. Siempre imagino, especulo. Y esta noche, una casa en mi calle llamó mi atención. Las luces estaban prendidas, las cortinas arriba y grandes cajas con discos habían sido abandonadas .
Después de media hora estaba de nuevo afuera de su puerta, aunque esta vez en el lado opuesto de la calle. Estaba armada con mi iPod, bocinas, una gran señal y una caja con cosas de mi cuarto. Pero más importante: esta vez no estaba sola. Mis amigos me acompañaban.
Prendimos nuestras música, algunas velas y expusimos nuestras pertenencias ahí mismo. Un set de picnic vintage me llamó la atención igual que un ampli de guitarra que se veía medio nuevo. Nuestra fiesta para conocernos había empezado. Todos podían unirse –la única condición de ingreso era participar en nuestro intercambio de basura y tesoros.
Y mientras unas cosas iban y venían, el único objeto que yo perseguía probó ser más evasivo.
Pero la paciencia puede ser una virtud. Mientras la fiesta llegaba a su cumbre, con música y voces flotando por la calle, la puerta se abrió finalmente. De ahí salió una chica quien cargaba una caja de viniles viejos que me habían inspirado unas horas antes. Busqué entre ellos sacando algunos clásicos y riéndome de algunos tracks que bien podrían ser olvidados.
Pronto alguien más se unió a mi búsqueda. Un completo extraño . Pero, cuando tienes la música en común, necesitas de otra presentación?. El había pasado a pie pero estaba demasiado intrigado como para irse. Venía con las manos vacías, pero la camiseta blanco y gris de I Heart NY que traía puesta me llamó la atención.
Mientras avanzó la noche, la gente fue desapareciendo y la calle quedaba desnuda. Cada objeto era reubicado en alguna casa, vuelto a ser amado o apreciado por su dueño original. No quedaba rastro de mi poco convencional fiesta callejera. Aunque, se incluyera, claro, la t-shirt que traigo puesta para dormir mientras tecleo esto. Después de todo, en serio Yo Amo Nueva York